Cuando te sientas delante del piano, levantas la tapa con sumo cuidado, posas las yemas de los dedos suavemente en las teclas y comienzas a ejecutar vertiginosos y acelerados movimientos de dedos, o, por el contrario, balanceados y medidos movimientos de muñeca, te sientes libre… vuelas…
Para una persona que ve es relativamente sencillo interpretar una pieza, de piano en este caso, pues siempre posee la ventaja de tener la partitura frente a sí, en el atril. Pero un invidente ha de memorizar antes todas y cada una de las notas de la partitura. Esto requiere mucho esfuerzo se haga de la manera que se haga.
Una de las formas de memorizar una obra es aprenderla de oído, es decir, que el profesor/a o una persona cualquiera se la vaya enseñando poco a poco al invidente y la toque antes para que el alumno pueda escuchar cómo suena en su conjunto. Esto es más o menos efectivo, puesto que acarrea demasiado tiempo y esfuerzo por parte del profesor, no tanto así para el alumno.
La otra manera y quizá la más utilizada es que el alumno invidente tenga sus propias partituras en Braille y pueda leerlas poco a poco. Esto resulta bastante costoso para los que no vemos (te lo digo por propia experiencia), y más aún si nadie te ha enseñado nunca Braille musical como es mi caso. A pesar de que los ciegos controlamos el Braille desde pequeños,de la misma manera que tú aprendiste a escribir, no es lo mismo leer una partitura que una novela. Cuando tú asistes a clases en un Conservatorio o una Escuela de Música, lo primero que aprendes es a leer y a escribir las diferentes figuras musicales. Pero a mí nadie me explicó cómo se representaban estas figuras en Braille, por lo que tuve que ir aprendiéndolo poco a poco todo yo sola, fijándome en lo que mis compañeros solfeaban, o incluso a veces preguntándoles por una nota concreta de una línea y un compás concretos.
Ahora estoy convencida de que ese enorme esfuerzo de tantos años y esa paciencia han merecido la pena, porque gracias a ellos estoy en 3º de Grado Medio del Conservatorio de Música. Tengo que reconocer que aún me cuesta leer las partituras y que hecho mucho en falta no haber tenido a alguien que me lo explicase a su debido tiempo y con calma, pero me siento orgullosa de haber hecho todo esto yo sola y de poder leer música aunque sea con algunos problemas: me siento orgullosa de haber cumplido un sueño.
Escrito por Bea (fal).
viernes, 11 de julio de 2008
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1 comentario:
Antes de nada, tengo que decirte que me ha gustado mucho la introducción de tu texto sobre la música. Has expresado muy bien que es exactamente tocar el piano y lo que uno siente cuando le gusta con intensidad. Yo también lo toco desde hace bastantes años, y todavía no he logrado aprender de memoría una sola canción entera. Tampoco es que me lo haya propuesto, pero se que debería hacer un gran esfuerzo. Por ese motivo admiro el hecho de que personas invidentes como tu y lara, pese a tener que dedicar mayor tiempo al estudio del piano, sigais adelante, porque la verdad, vale la pena. Yo nunca le he dedicado demasiado tiempo a su estudio, pero cuando empiezas a dominarlo, cada vez lo disfrutas más y puedes incluso a descubrir nuevos sentimientos y sensaciones dentro de ti.
Lo que me parece mal es que nadie te enseñara como utilizar las partituras en braile, de ese modo has tenido que dedicar más tiempo a su aprendizaje. Aunque también es cierto que tiene mucho mérito haberlo aprendido por ti misma, seguramente yo no hubiera tenido la suficiente paciencia como para hacerlo.
Bueno..., ya no se que más decir, así que me despido ya. Besos.
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