domingo, 19 de julio de 2009

¡Selectivizada!

Como nos dice Bea en la entrada anterior, en estos últimos meses nos ha sido prácticamente imposible escribir debido a los exámenes de final de curso, y en mi caso, las pruebas de acceso a la universidad, junto con el inicio de las vacaciones (adelanto que Bea y yo nos hemos vuelto a ver). ¡Y parece que fue ayer cuando me sentaba frente al ordenador y escribía aquella entrada que hablaba sobre nuestra forma de estudiar y hacía referencia al inicio del curso...!
A continuación os contaré mi experiencia como estudiante invidente en la selectividad. Espero que os sirva para entender, un poco mejor, nuestra forma de estudiar y hacer exámenes, las dificultades que se nos pueden presentar, y que como todo estudiante, somos capaz de ello.

Martes 9 de junio
¡Primer día! Bueno, diría que hubiera sido un buen primer día de selectividad si, para empezar, no hubiera llegado algo tarde al autobús que salía hacia la universidad de alicante a las 7.30. El viaje ha sido tranquilo, pues a pesar de lo que me esperaba, no estaba nerviosa. Hoy teníamos la prueba de lengua castellana y filosofía (o historia de España), así que hemos estado repasando por encima mientras nos dirigíamos hacia allí. Al llegar hemos tenido que esperar un poco, ya que en el primer día tenemos que buscar nuestras aulas (según la inicial de nuestro apellido), nos explican el funcionamiento de las PAU, etc. Esperando con mis compañeros al inicio del primer examen, han venido para acompañarme al aula donde estaban preparadas todas las adaptaciones necesarias para la realización de las pruebas (portátil prestado por la universidad con el lector de pantallas Jaws, línea braille, etc). A las 9.30 se me ha entregado el examen, el cual venía guardado en un sobre... ¡y a empezar! Hubiera sido un buen primer día de selectividad si en ese momento, al comenzar a escribir, no hubieran empezado los problemas. Al principio, únicamente el cursor del ordenador portátil bajaba solo de línea, dejando en ocasiones palabras a mitad ni siquiera bien separadas por sílabas, de modo que debía estar corrigiendo constantemente éste error, y eliminando las mayúsculas que, al bajar de línea, se establecían solas en el primer carácter de la primera palabra de cada línea. Tras anunciar ésto al vocal que se encontraba en el aula, han llamado al tifloinformático de la ONCE de Alicante, que ha asistido a las pruebas por si surgía algún problema. Una vez resuelto ésto, y reiniciado el examen, el portátil de nuevo ha querido cobrar protagonismo. Esta vez, escribía caracteres que yo no pulsaba en el teclado, o incluso cambiaba el carácter con su correspondencia en el teclado (y no se trataba de una desconfiguración de ésto). Así, por ejemplo, al pulsar el espacio se escribía ^, o las letras se acentuaban sin yo pulsar al acento... Esto significaba tener que ir corrigiendo, a la vez que resolviendo el examen. Al ver que el problema no cesaba, se ha detenido el examen de nuevo y el tifloinformático ha intentado corregirlo, un hecho que al principio parecía haberse logrado. Pero una vez más, el portátil me ha dado a entender que aquel primer examen no tenía que salir nada bien. El lector de pantallas Jaws, que desde el principio ya había estado dando problemas (no reconocía el texto escrito, y anunciaba, en ocasiones, que la línea estaba en blanco, cuando en realidad había texto), pasó de no leer algunas líneas a no leer prácticamente ninguna, de modo que me era imposible leer lo que acababa de escribir, o incluso revisar los caracteres que el portátil cambiaba, como anteriormente he comentado. Lo gracioso, es que en esta ocasión no han detenido el examen, incluso después de comentarle al vocal el problema. En fin, me he puesto nerviosa, me he hartado del examen y lo he entregado sabiendo que lo había escrito muy deprisa, breve, y mal, pero es que la situación no daba para hacerlo mejor. Vamos, ha sido un examen más a ciegas imposible.
Con el retraso del primer examen (al haber tenido que detenerse en varias ocasiones), se ha retrasado mi media hora de descanso, no coincidiendo así con el resto de mis compañeros, y el siguiente examen ha comenzado más tarde. Durante esta media hora, todos los posibles problemas existentes se han resuelto enseguida, y el siguiente examen, filosofía, ha transcurrido con total normalidad. Mi pregunta es, si con lo rápido que se ha solucionado todo en el descanso, no podrían haber detenido el examen y haberlo resuelto todo antes. Una hora más tarde del fin de las pruebas de la mañana, he terminado yo mi segundo examen. Aquella tarde no tenía ninguna prueba más.

Miércoles 10 de junio
Ya más tranquila, los dos exámenes de la mañana (lengua valenciana e historia del arte) han ttranscurrido con total normalidad también. Junto a las cuestiones de la prueba de historia de arte, han adjuntado una descripción breve pero suficiente de las imágenes a las que se referían las cuestiones. Como le puede suceder a cualquier alumno, este examen me lo he inventado todo completamente, desde la primera palabra hasta la última, ya que de los dos ejercicios expuestos no había estudiado ninguno de los dos, pero en fin... cosas que pasan.
Es curiosa la preparación que se ha llevado a cabo con el fin de adaptar todos los exámenes a braille. Me comentaron que dos profesores de las PAU acudieron al CRE de Alicante para reunirse con dos transcriptores, y así ir adaptando todos los exámenes, con la resolución de pequeñas dificultades como las imágenes, cuya solución ha sido adjuntar una descripción de ellas. Una vez transcritos los exámenes, se guardaron cada uno en un sobre, de modo que nadie pudiera leerlos (a pesar de que estaban en braille...), para ser abiertos únicamente una vez anunciado el inicio de la prueba.
Esta tarde tampoco tenía más exámenes. He decidido repasar un poco para las pruebas de mañana, pero sorprendentemente mi madre me ha dicho que dejara de estudiar, y que saliera a dar una vuelta. Así que, ¿no dicen que hay que hacer siempre caso a las madres?

Jueves 11 de junio
Último día. No sé si será porque ya es el tercer día y me he acostumbrado a los nervios, o porque estos dos anteriores he comprobado que las pruebas no han sido de un nivel tan elevado como solemos pensar, pero hoy, incluso le he encontrado su punto “guay” a los exámenes de selectividad. Por la mañana he tenido la prueba de inglés, y después del descanso, latín. El texto expuesto en el primero ha sido bastante sencillo de comprender, y en consecuencia, de responder. El segundo, personalmente, también me ha parecido de un nivel inferior a los que hemos hecho durante el curso en el instituto.
Comida con los compañeros y profesores y después descanso. Han sido unas horas de relax, que nos han servido para olvidarnos de qué hacíamos allí por un rato, y a la vez, para recordarnos que tan solo nos faltaba un examen por hacer.
A las cuatro ha comenzado el examen de griego, el cual, al igual que los dos anteriores, me ha resultado bastante más sencillo que los hechos en el instituto a lo largo de todo el curso. En éste, incluso he terminado sobre una media hora antes del tiempo permitido (90 minutos).
Pero el mejor momento de todos ha sido al salir del aula y pensar “¡final de la selectividad! Que ha tenido su correspondiente celebración con los amigos, por supuesto...

4 comentarios:

Heran dijo...

Felicidades!!
Que pocos examenes no? en total 7?

Juer a mi me toco hacer 11, creo recordar. Pero de estoy hace ya mas de 10 años, jejeje...

Chicas, seguid disfrutando del verano. Hasta pronto.

Rosa Chacón dijo...

qe lejos ha quedado mi selectividad ya. La mía era de ciencias y los exámenes estaban sin transcribir. Los que se podían dictar me los dictaban, y los que no una profesora los pasaba a braille allí mismo en el momento, con el retraso que supuso eso.
Pero al final escapé bien.

Anónimo dijo...

Sé que este comentario no debería ir aquí, pero... ¿Por qué cada vez hay menos votos en la encuesta?

Bea dijo...

Eso miiismo me pregunto yo xD, esque no es normal, porque antes había veintitrés, y ahora... hay unos dieciocho, y esperemos que no se reduzcan...